Tanto niños como los adolescentes viven expuestos a acontecimientos catastróficos y otras experiencias traumáticas. Los padres de familia, y un profesional en el área pueden ayudar a los niños a iniciar el proceso de recuperación y superar estas experiencias.
¿Qué es el trauma?
Muchos piensan en los «traumas» como lesiones físicas o traumatismos. Sin embargo, las personas también pueden tener un trauma psicológico después de presenciar o experimentar un acontecimiento angustioso.
Los traumas pueden ser causados por catástrofes naturales como huracanes, terremotos e inundaciones. También puede ser por actos de violencia, como violencia intrafamiliar y pleitos entre familias, así como por accidentes de vehículos motorizados u otros.
No todos reaccionamos a las experiencias traumáticas de la misma manera algunos reacciones pueden ser inmediatas o retrasadas. Las respuestas pueden diferir en términos de gravedad y abarcar una amplia variedad de conductas.
Hay factores que hacen que personas reaccionen de manera diferente a los traumas como son:
- Haber tenido una exposición severa o prolongada al acontecimiento
- Tener antecedentes familiares o personales de enfermedades mentales o problemas graves de conducta
- Tener factores estresantes en la vida, como mudarse a una casa o una escuela nueva, entre otros.
Los niños reaccionan de forma diferente a las experiencias traumáticas, según su edad.
Entre las edades de 6 a 11 años pueden reaccionar:
- Teniendo problemas en la escuela.
- Aislándose de la familia y los amigos.
- Teniendo pesadillas, rehusándose a irse a acostar o mostrando otros problemas para dormir.
- Volviéndose irritables, enojados o revoltosos.
- Mostrando dificultad para concentrarse.
- Quejándose de problemas físicos, como dolores de estómago o de cabeza.
- Perdiendo interés en las actividades divertidas.
Los adolescentes de 12 a 17 años pueden reaccionar:
- Teniendo pesadillas u otros problemas para dormir.
- Evitando cosas que les recuerden el acontecimiento traumático.
- Consumiendo o abusando del consumo de drogas, alcohol o tabaco.
- Siendo revoltosos, irrespetuosos o actuando de manera destructiva.
- Aislándose de los amigos y la familia.
- Sintiéndose enojados o mostrando resentimiento.
- Perdiendo interés en las actividades divertidas.
Tanto niños y adolescentes pueden sentirse culpables por no haber podido evitar lesiones o muertes.
Después de una experiencia traumática, los padres de familia deben identificar y abordar sus propios sentimientos. Los padres pueden ayudar a los niños brindándoles apoyo, manteniéndose lo más tranquilos posible y reduciendo otros factores estresantes y esto le permitirá ayudar a los demás.
Hoy en día, en la mayoría de los hogares los Padres no se dan cuenta de conductas o trauman que tienen sus hijos debido al poco tiempo que le dedican a los mismos por los compromisos laborales.
Estas reacciones tempranas son normales y previsibles y, en la mayoría de los casos, disminuirán con el tiempo. Si nota una reacción en sus niños o adolescente, comuníquese con un profesional de la salud mental debidamente autorizado para ejercer su profesión.