La salud mental es como pensamos, sentimos y actuamos cuando lidiamos con la vida. También nos ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otras personas y tomamos decisiones, es la capacidad para afrontar tensiones, trabajar y contribuir eso define nuestra salud mental.
Nuestra salud mental se ha visto afectada por la crisis del COVID-19 donde hemos experimentados casos de estrés, sensación de tristeza, angustia, miedo que nos confina y aísla en una sociedad gregaria.
Es necesario reconocer como parte de nuestra humanidad la sensación de peligro inminente,que se traduce a pánico o catástrofe que nos causa agitación, aumento ritmo cardiaco, sudoración y sensación de cansancio de frente a esta crisis sanitaria.
El reconocerlo nos permite compartirlo, resignificarlo y asumirlo como un desafío que despierte recursos, habilidades y actitudes para resurgir fortalecidos.
Adultos mayores, niños y adolescentes requieren mayor atención ante el aislamiento obligatorio requieren un ambiente seguro, proveer cariño y cercanía desde un plan de actividades familiares.
Para tener una buena salud mental y emocional hay que tomar acciones tales como:
Alternar informaciones negativas con positivas.
Mantener rutina y horarios en los hábitos de higiene, recreación, alimentación, quehaceres domésticos, sueño, integración familiar.
Aprovechar para cuidar nuestro cuerpo, hay recursos audiovisuales que permiten realizar ejercicios y divertirse juntos.
Crear espacios que permitan expresar sentimientos, miedos, expectativas.
Reencontrarnos como generaciones distintas que nos permita acercarnos en gustos, historias, intereses, anécdotas, juegos, cuentos, canciones.
Cada hogar como un espacio de contención que permita estar atentos a cada miembro para afianzar vínculos. El miedo, la ansiedad, la angustia, el encierro se presta para aburrirnos, agredir, maldecir, es el momento para ser más compasivos, para aprender a ser empáticos.
Ante un estado de emergencia estemos atentos a nuestras propias necesidades y sentimientos. El autocuidado nos invita a conectar con sueño reparador, meditación, hobbies, alimentación balanceada, bailar, cantar, orar.
Una red de apoyo es fundamental, pareja, familia, vecindad en actitud solidaria. Es el momento del nosotros, es la oportunidad de construir lazos, perdonar, ser compasivos.
Ante la presencia de un virus letal, la respuesta humana es un antivirus vital, educarnos, aumentar nivel de conciencia, apostar al amor, ser personas de abundancia.
COVID-19 es la oportunidad para redefinirlo todo, la salud y el tiempo, el valor de nuestros seres queridos, la humanidad como un todo, la creatividad y el potencial como nación.
Aquí estoy para servir, cuenta conmigo, esto también pasara, volveremos a reencontrarnos, se puede, enhorabuena!.
Psicoterapeuta: Mario Minaya