Nuestra alimentación se ha visto alterada en muchos de los hogares durante el confinamiento, para muchos puede ser difícil mantener los horarios de siempre y, por la otra lado, es fácil dejarse llevar e incrementar el consumo de comidas con mayor cantidad de grasa, azúcar o sal, cocinar en familia es una buena opción cuando estamos en casa.
La falta de actividad o el estrés y preocupación derivados de la alerta sanitaria constituyen otros factores que pueden conllevar que abusemos de alimentos poco saludables como los dulces o los aperitivos salados.
Para asegurarnos de que nos alimentamos de manera saludable, es recomendable seguir realizando de tres a cinco comidas al día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena), en porciones pequeñas y evitando picar entre horas, así como dedicar tiempo a planificar con antelación qué comeremos durante la semana.
También una compra responsable es muy importante para seguir alimentando nuestra salud durante el confinamiento: compremos aquellos productos como son frutas, verduras y legumbres, que sean frescas, o en conserva. Igualmente, nuestra dieta diaria ha de incluir cereales integrales -pan, cereales, pasta…-, carne magra, pescado, huevos y lácteos, mejor sin azúcar. En función del hambre y del gasto calórico, puede ser necesario reducir el tamaño de las raciones. En cualquier caso, recuerda que, en general, el menú de las comidas principales debe estar compuesto de, al menos, la mitad de frutas y verduras, un cuarto de proteína y un cuarto de carbohidratos.
Durante estas semanas, puede no ser imprescindible incluir siempre los carbohidratos en el menú, ya que nuestro consumo energético es mucho menor, debido a la limitación de la movilidad. Por ello, solo de vez en cuando puede añadirse una ración de un cuarto o un tercio del plato de papas, cereales integrales, pan, arroz…No obstante, si padeces alguna enfermedad crónica y sigues una pauta alimenticia especial, recuerda consultar estos cambios con el profesional de la salud o nutricionista.
Para cocinar el aceite de oliva extra virgen debe continuar siendo la grasa principal. También es importante seguir bebiendo líquido en cantidades adecuadas a nuestras necesidades y condición física, que por lo general, va entre uno y dos litros al día, pues ello nos ayudará a mantenernos hidratados y a mejorar nuestro tránsito intestinal. Hay que tener en cuenta que el mayor sedentarismo al que nos vemos en el confinamiento pueden desencadenar problemas de estreñimiento. La costumbre de tener siempre a mano una botella nos facilitará ir bebiendo a lo largo del día la cantidad que necesitamos. La bebida de elección, siempre y la mejor es el agua, aunque las infusiones constituyen otra opción muy apetecible, así como los caldos y zumos naturales sin abusar de ellos por su alto contenido en azúcar, aunque sean naturales.