Mientras dure este tiempo de confinamiento es importante seguir manteniendo una rutina de sueño lo más estable posible, aunque no tengamos que despertarnos para ir a trabajar al día siguiente, debemos procurar acostarnos y levantarnos a la misma hora, siguiendo el ritmo de sueño adaptado a la tendencia natural de nuestro organismo y al resto de actividades cotidianas (comidas, posible trabajo, ocio).
Procurar exponernos a la luz natural del sol durante al menos dos horas al día, podamos obtenerla pasando tiempo junto a una ventana bien iluminada y/o aprovechar las salidas que estén permitidas.
Evita las siestas largas, a la hora de irse a dormir, mantener el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable, práctica regularmente ejercicio físico durante el día nos ayudará a conciliar el sueño por la noche, es aconsejable realizarlo entre cuatro y seis horas antes de la hora de irnos a dormir o puede surtir el efecto contrario y, en vez de ayudarnos a relajarnos, excitarnos.
En el caso de los niños también deben seguir su rutina de sueño de siempre, dado que, aunque no hay clases presenciales, en muchos colegios ya han adaptado sus rutinas lectivas a las clases on-line. En los niños más pequeños, los horarios de descanso pueden amoldarse a su ritmo, ya que pueden tener una tendencia natural a dormirse más temprano o más tarde. Comer y cenar temprano también les ayudará a dormir mejor.
Por último, y esto se aplica a cualquier edad, es muy importante evitar la luz azul de las pantallas de cualquier tipo de dispositivo antes de irse a dormir: móviles, ordenadores, videoconsolas, tabletas, si es inevitable su uso, es conveniente aplicar el filtro de luz azul y, todos tendrán dulces sueños.